lunes, 9 de agosto de 2010

La vida como obra de arte



El atributo fundamental de los seres humanos es su capacidad de actuar y a través de ella, su capacidad de participar en la generacion de si mismo y de su mundo, la creacion de su propia vida.



Creación y libertad se requieren mutuamente. Nuestra capacidad de creación nos hace libres, condición del alma humana.
Si aceptamos la creacion, tenemos que aceptar la destrucción ( Heráclito) no hay una sin la otra.
No podemos trascendernos y alcanzar otras formas de ser, sin dejar de ser quienes fuimos, sin abandonar nuestras formas anteriores de ser.
Para trascendernos debemos estar dispuestos a sacrificar nuestras formas presentes de ser. No hay trascendencia sin sacrificio, sin estar dispuestos a soltar aquello que pareciera sujetarnos, sin antes haber encontrado un nuevo punto de apoyo.
Toda trascendencia, por lo tanto, se nos presenta como un salto al vacío, como un sumergirse en la nada, en el principio de disolución del ser que somos, para, desde allí, volver a emerger en las aguas de la vida.
Optar por el camino del PODER implica, en consecuencia, asegurar las condiciones emocionales que resultan necesarias para permitir tanto la creación como la destrucción, aspectos ambos inseparables de la dinámica de la AUTOTRASCENDENCIA.
Ello implica vencer lo que Nietzsche llama " el espíritu de la gravedad".
Este nos ata a las formas existentes de ser, introduce pesadez en nuestro desplazamiento por la vida, y nos impide despegar en nuestro salto al vacío.
El espíritu de la gravedad debe ser vencido con las fuerzas opuestas: Aquellas que surgen de la inocencia del juego.
Nietzsche identifica esta capacidad creativa con la figura del NIÑO: aquel que construye castillos de arena en la playa para verlos destruidos por las olas, y que vuelve a construir otros nuevos.
Desde la figura del niño, podemos comprobar cuánto nos hemos alejado de nuestra concepción tradicional del Poder y cuán distantes estamos del juicio de que el poder es maligno y fuente de corrupción.
Nietzsche al concebir al ser humano como artista, sostiene que necesitamos del arte como disposición, pues, desde él, logramos alejarnos del sin sentido de la vida. El ARTE hace la vida soportable y sólo el arte es capaz de conferirle a la vida sentido, que ella de por si no nos proporciona, de que ella merece vivirse.
Desde la disposición del artista le "inventamos" el sentido a la vida.
Sólo el arte nos permite olvidarnos de nuestras limitaciones.






"Ontología del lenguaje" ( Rafael Echeverría)