viernes, 20 de marzo de 2020


Dos monjes y una mujer.

Dos monjes zen iban cruzando un río. Se encontraron con una mujer muy joven y hermosa que también quería cruzar, pero tenía miedo. Así que un monje la subió sobre sus hombros y la llevó hasta la otra orilla.

El otro monje estaba furioso.
No dijo nada pero hervía por dentro.
Eso estaba prohibido.
Un monje budista no debía tocar una mujer y este monje no sólo la había tocado, sino que la había llevado sobre los hombros.

Recorrieron varias leguas.
Cuando llegaron al monasterio, mientras entraban, el monje que estaba enojado se volvió hacia el otro y le dijo:

-Tendré que decírselo al maestro.
Tendré que informar acerca de esto.
Está prohibido.

-¿De qué estás hablando? ¿Qué está prohibido? -le dijo el otro.

-¿Te has olvidado? Llevaste a esta hermosa mujer sobre tus hombros -dijo el que estaba enojado.

El otro monje se rió y luego dijo:
-Sí, yo la llevé. Pero la dejé en el río, muchas leguas atrás. Tú todavía la estás cargando...



Y vos… ¿qué cargas?

A veces cargamos con el pasado, la culpa, el resentimiento, etc. Cargamos con tantas cosas, tan grandes y pesadas, que caminamos encorvados, dejando de ver todo lo positivo que hay a nuestro alrededor.

Todos podemos tener una vida mejor. Libérate de las cadenas que te mantienen atrapado. Aprende a soltar, a dejar ir.



By Bettina Geloni

Seis hombres ciegos y un elefante.


Había una vez seis hombres ciegos que vivían en Indostán, que querían ampliar sus conocimientos y aprender cómo era un elefante, por lo que decidieron que cada uno, por la observación del tacto, podría satisfacer a su mente.

El primero, al acercarse al elefante, chocó contra su lado ancho y fornido, por lo que en seguida empezó a gritar:
"¡Bendito sea Dios! ¡El elefante es muy similar a una pared!"

El segundo, palpándole el colmillo, gritó:
"Oh! lo que tenemos aquí, es muy cilíndrico, suave, y aguzado. Para mí esto es muy claro, esta maravilla de elefante es muy parecido a una lanza".
El tercero se acercó al animal y tomó la trompa, la cual se retorció en sus manos. Así, audazmente dijo:
"Yo veo", acotó, "que el elefante es igual que una serpiente"

El cuarto extendió su ávida mano Y se posó sobre la rodilla:
A lo que más esta bestia maravillosa se parece, es muy llano", comentó él; "Es bastante claro que el elefante es semejante a un árbol".

El quinto, que se arriesgó a tocar la oreja, dijo: "Hasta el hombre más ciego puede decir a lo que esto más se parece:
Niegue el hecho quien pueda, esta maravilla de elefante es igual que un abanico".

El sexto, en cuanto empezó a tentar a la bestia, asió su cola oscilante.
"Yo veo", dijo él, "que el elefante es como una soga".-

Y así, estos hombres de Indostán continuaron disputando ruidosa y largamente.
Cada uno se mantenía en su propia opinión, siempre más rígida y fuerte, por lo que no podían llegar a un acuerdo ya que, como podemos ver, aunque cada uno estaba en parte en lo cierto, todos estaban errados.





¿Cuántas veces no nos sucede lo mismo en nuestro trabajo, con nuestras relaciones y en otros aspectos de nuestra vida?
¿Cuántas veces sacamos conclusiones apresuradas, basándonos exclusivamente en un solo dato o sin detenernos a comprobar si nuestras fuentes son correctas y objetivas?
Con frecuencia pensamos que nuestra verdad es la verdad absoluta, siendo esta la causa de muchos de nuestros conflictos. En otras ocasiones, damos por hecho que los demás tienen que pensar y sentir lo mismo que nosotros.
Sin embargo no es así. Es por ello que siempre debemos tomar en cuenta que lo que nosotros percibimos y aseguramos que es la realidad, es sólo una parte de ésta. De hecho, podríamos hablar de nuestra realidad, la de los demás y la verdadera.


By Bettina Geloni




Nuestra percepción de la realidad


Cuentan que a un oasis llegó un joven, tomó agua, se aseó y le preguntó a un viejecito que se encontraba descansando:
¿Qué clase de personas hay aquí?

En vez de responderle, el anciano le preguntó:
¿Qué clase de gente había en el lugar de donde tú vienes?
"Oh, un grupo de egoístas y malvados" replicó el joven.
"Estoy encantado de haberme ido de allí".
A lo cual el anciano comentó: "Lo mismo habrás de encontrar aquí".

Ese mismo día, otro joven se acercó a beber agua al oasis, y viendo al anciano, preguntó:
¿Qué clase de personas viven en este lugar?
El viejo respondió con la misma pregunta:
¿Qué clase de personas viven en el lugar de donde tú vienes?
"Un magnífico grupo de personas, honestas, amigables, hospitalarias, me duele mucho haberlos dejado"
. "Lo mismo encontrarás tú aquí", respondió el anciano.

Un hombre que había escuchado ambas conversaciones le preguntó al viejo:
¿Cómo es posible dar dos respuestas tan diferentes a la misma pregunta?
A lo cual el viejo contestó:
Cada uno lleva en su corazón el medio ambiente donde vive. Aquel que no encontró nada bueno en los lugares donde estuvo no podrá encontrar otra cosa aquí.
Aquel que encontró amigos allá podrá encontrar amigos acá.



Y vos, ¿cuál es tu actitud al juzgar a las personas que te rodean y las situaciones que vives?
¿Permites que tus prejuicios y el pesimismo controlen tu vida?

Hemos aprendido, desde pequeños, a enfocar nuestra atención en ciertos aspectos, ignorando otros que también están presentes, lo cual puede causarnos grandes problemas y un gran sufrimiento.
¿Cómo están tus pensamientos ahora?
¿Cómo está tu corazón?



By Bettina Geloni





¿Qué escojo hoy?
Se dice que el discípulo de un venerable sabio, estaba extrañado y sorprendido de que su maestro estuviese siempre sonriente y feliz, a pesar de las dificultades que tenía en la vida.

Intrigado, un día, le preguntó:
- Maestro, ¿cómo es que siempre se te ve tan contento y satisfecho?
El maestro le respondió:
- Amigo mío, no hay secreto alguno en esto.
- Cada mañana cuando me despierto, me hago la misma pregunta a mí mismo:
- ¿Qué escojo hoy? ¿Alegría o tristeza?
- Y siempre escojo alegría.




Y vos, ¿cómo eliges vivir tu vida?

Todos tenemos la opción de escoger cuál va a ser nuestra actitud ante la vida. Aun ante las situaciones difíciles que no podemos cambiar, siempre podemos elegir cómo las queremos vivir.

No siempre es fácil y es algo que con frecuencia tenemos que aprender a hacer, sin embargo, siempre vale la pena el esfuerzo que tenemos que hacer para lograrlo.



By Bettina Geloni




¿Cómo sabes?


Hace muchos años, en una pobre aldea china vivía un labrador con su hijo. Su único bien material, aparte de la tierra y de la pequeña casa de paja, era un caballo que había heredado de su padre.
Un buen día el caballo se escapó, dejando al hombre sin animal para labrar la tierra. Sus vecinos —que lo respetaban mucho por su honestidad y diligencia— acudieron a su casa para decirle cuánto lamentaban lo ocurrido.

Él les agradeció la visita, pero preguntó:

— ¿Cómo podéis saber que lo que ocurrió ha sido una desgracia en mi vida?
Ante estas palabras alguien comentó en voz baja con un amigo:
«Él no quiere aceptar la realidad, dejemos que piense lo que quiera, con tal que no se entristezca por lo ocurrido».
Y los vecinos se marcharon, fingiendo estar de acuerdo con lo que habían escuchado.

Una semana después, el caballo retornó al establo, pero no venía solo: traía una hermosa yegua como compañía. Al saber eso los habitantes de la aldea alborozados, porque sólo ahora entendían la respuesta que el hombre les había dado, retornaron a casa del labrador para felicitarlo por su suerte.

—Antes tenías sólo un caballo, y ahora tienes dos. ¡Felicitaciones!—dijeron.
—Muchas gracias por la visita y por vuestra solidaridad —respondió el labrador. ¿Pero cómo podéis saber que lo que ocurrió es una bendición en mi vida?

Desconcertados, y pensando que el hombre se estaba volviendo loco, los vecinos se marcharon, comentando por el camino:
« ¿Será posible que este hombre no entienda que Dios le ha enviado un regalo?».

Pasado un mes, el hijo del labrador decidió domesticar a la yegua. Pero el animal saltó de una manera inesperada, y el muchacho tuvo una mala caída rompiéndose una pierna.
Los vecinos retornaron a la casa del labrador, llevando obsequios para el joven herido. El alcalde de la aldea, solemnemente, presentó sus condolencias al padre diciendo que todos estaban muy tristes por lo que había sucedido.

El hombre agradeció la visita y el cariño de todos. Pero preguntó:

— ¿Cómo podéis vosotros saber si lo ocurrido ha sido una desgracia en mi vida?
Esta frase dejó a todos estupefactos, pues nadie puede tener la menor duda de que un accidente con un hijo es una verdadera tragedia.
Al salir de la casa del labrador, comentaban entre sí:
«Realmente se ha vuelto loco; su único hijo se puede quedar cojo para siempre y aún tiene dudas de que lo ocurrido es una desgracia».

Transcurrieron algunos meses y el Japón declaró la guerra a China. Los emisarios del emperador recorrieron todo el país en busca de jóvenes saludables para ser enviados al frente de batalla. Al llegar a la aldea, reclutaron a todos los jóvenes excepto al hijo del labrador que estaba con la pierna rota.

Ninguno de los muchachos retornó vivo. El hijo se recuperó, los dos animales dieron crías que fueron vendidas y rindieron un buen dinero. El labrador pasó a visitar a sus vecinos para consolarlos y ayudarlos ya que se habían mostrado solidarios con él en todos los momentos.

Siempre que alguno de ellos se quejaba el labrador decía:
— ¿Cómo sabes si esto es una desgracia? Si alguien se alegraba mucho, él preguntaba:
— ¿Cómo sabes si eso es una bendición?
Y los hombres de aquella aldea entendieron que, más allá de las apariencias, la vida tiene otros significados.

Cuento Sufí-
 


Y vos, ¿cómo ves y consideras las cosas que te suceden?
¿Te dejas llevar por el primer impulso y el primer pensamiento sobre las situaciones que vives y las personas con las que te relacionas?
¿O buscas el sentido y el significado que puede enriquecer tu vida? 


 By Bettina Geloni





El árbol de los problemas

Había contratado un carpintero para ayudarme a reparar mi vieja granja.
Él acababa de finalizar su primer día de trabajo que había sido muy duro. Su sierra eléctrica se había estropeado lo que le había hecho perder mucho tiempo y ahora su antiguo camión se negaba a arrancar.

Mientras lo llevaba a su casa, permaneció en silencio.
Una vez que llegamos, me invitó a conocer a su familia. Nos dirigíamos a la puerta de su casa y se detuvo brevemente frente a un precioso olivo centenario tocó el tronco con ambas manos.

Al entrar en su casa, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara sonreía plenamente. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa. La energía había cambiado completamente. Posteriormente me acompañó hasta el coche.
Cuando pasamos cerca del olivo, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo visto cuando entramos.

- Ese es mi árbol de los problemas, – contestó
- Sé que no puedo evitar tener problemas durante el día como hoy en el trabajo por ejemplo, pero no quiero traer estos problemas a mi casa. Así que cuando llego aquí por la noche cuelgo mis problemas en el árbol. Luego a la mañana cuando salgo de mi casa los recojo otra vez.

- Lo curioso es, – dijo sonriendo – que cuando salgo a la mañana a recoger los problemas del árbol, ni remotamente encuentro tantos como los que recuerdo haber dejado la noche anterior. Maestro: si te centras en el ahora desaparecen todos los problemas.




Y vos, ¿qué haces con tus problemas?
¿Permites que tomen el control de tu vida o eres tú quien lleva el control?

No es fácil colocar a nuestros problemas en un compartimento, donde podremos retomarlos cuando tenemos la tranquilidad y capacidad emocional necesarias para resolverlos adecuadamente. Sin embargo es importante aprender a hacerlo.

Además, cuando nos enfrentamos a ellos, en el lugar y momento adecuados, no sólo podemos verlos de una manera distinta, más objetivamente, sino que podremos encontrar y aplicar su solución con mayor facilidad.


By Bettina Geloni




Coaching Ontológico: qué es y para qué sirve?


El Coaching Ontológico se orienta al logro de resultados extra-ordinarios, con efectividad y bienestar. Sin embargo, el foco del Coaching es la Persona, el ser humano y su Autoconocimiento.

Al concentrarse en el ser, la persona se vuelve mucho más flexible para modificar su Acción, se abre a un Nuevo Observador, a nuevas herramientas.

El aprendizaje y la creatividad son las herramientas fundamentales del Coaching Ontológico. Aprender para hacer. Ser creativos para poder cumplir con una de las tareas más importantes de todos los seres humanos: Diseñar nuestra propia Vida. Tenemos la posibilidad de crear nuestro propio destino, para no culpar a otros por lo que dejamos de hacer o por lo que hagamos mal. Podemos aprender a crearnos y recrearnos a nosotros mismos.

Para lograr una mayor efectividad y bienestar es preciso Cuestionar las Antiguas formas de pensamiento, ampliar la capacidad de "ver" y pensar, cómo generar nuevas posibilidades de acción, y obtener resultados que, previos a la intervención de Coaching Ontológico, podrían haber sido impensables.


Comienza tu Transformación Hoy!

¿Y vos hasta dónde estás dispuesta a llegar?

Te esperamos!!