miércoles, 8 de junio de 2011

Liderazgo Personal


Es probable que la capacidad de expresar y sentir emociones forme parte de los mecanismos de la razón para lo mejor y lo peor. La facultad de razonar se desarrollo probablemente en el curso de la evolución (y se aplica en un individuo dado) bajo la égida de los mecanismos de regulación biológicos que se traducen especialmente en la capacidad de expresar y sentir emociones. Además, incluso después que la facultad de razonamiento haya alcanzado su estado de madurez, tras años de desarrollo, su puesta en práctica eficaz probablemente depende en gran medida de la capacidad de reaccionar en el plano emocional…
La capacidad de expresar y sentir emociones es indispensable para la puesta en práctica de los comportamientos racionales. Y cuando interviene, cumple el papel de indicarnos la dirección correcta, situarnos en el lugar adecuado en el espacio en el que se toma la decisión, en un lugar en el que podemos poner en práctica correctamente los principios de la lógica.
En ciertas circunstancias de la vida, nos toca actuar en ámbitos en los que reina la incertidumbre: como por ejemplo cuando nos piden formular un juicio moral, o cuando debemos pronunciarnos sobre el porvenir de una relación personal, o buscar los medios de evitarnos penurias cuando seamos ancianos, o formar proyectos para los años venideros. En esas circunstancias, la capacidad de expresar y sentir emociones, nos ayuda a cumplir esa difícil tarea y programar nuestras acciones en consecuencia.

Antonio R Damasio, El error de Descartes

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